El zorro lobo de las islas Malvinas o también conocido como warrah o guará era un animal muy tranquilo y pacífico. Se cree que el último ejemplar fue abatido en el año 1876 por un estanciero ingles. Medía unos 90 cm de longitud corporal desde el hocico hasta el nacimiento de la cola. Ésta alcanzaba los 30 cm, y poseía un pelaje muy tupido, adaptado a los rigurosos inviernos de las Islas Malvinas, su hábitat exclusivo. El cuello y las patas amarillentas, la 'garganta' y 'labios' blancuzcos, orejas grisáceas, la cola semejante a la de un zorro, produzca en su origen aunque concluyendo en una típica punta blanca (característica compartida con el lobo de crín o aguará guazú).
Se conoce muy poco de estos lobos pero se sabe que eran muy tranquilos y que casi no le tenían miedo al hombre. Eran hábiles cazadores y muy inteligentes.
El zorro lobo de las islas Malvinas fue exterminado por los humanos porque se lo culpaba de matar a las ovejas que fueron traídas por los españoles , aunque nadie sabe con certeza si esto era cierto. Los gauchos argentinos los cazaban en grandes números. El procedimiento era simple y malvado. Le ofrecían al animal un trozo de asado con la mano izquierda y cuando el lobo se acercaba para comer de su mano (esto nos demuestra la confianza que la tenía al ser humano) el gaucho lo apuñalaba en el cuello con el facón en la mano derecha, que hasta entonces había tenido oculto tras la espalda. Con la conquista inglesa de las islas, los ovejeros británicos llenaron las islas de cebos envenenados, y cosecharon una monstruosa cantidad de pieles de warrah, de excelente calidad y altísimo precio en el mercado norteamericano.
Charles Darwin , cuando visito las islas Malvinas en el año 1833 noto la gran disminución de los guará y escribió lo siguiente:
"El número de esos lobos disminuye con rapidez; han desaparecido ya de la mitad de la isla que se encuentra al oriente de la lengua de tierra que se extiende entre la bahía de San Salvador y el estrecho de Berkeley. Dentro de algunos años, cuando estas islas estén habitadas, sin duda a ese zorro se le podría clasificar, como al dódo, entre los animales desaparecidos de la superficie de la Tierra".
No permitamos que vuelva a desaparecer otro animal en Argentina ni en otro lugar del mundo. Ya hemos perdido en nuestro país a dos bellísimos animales: el zorro-lobo de las islas Malvinas y al guacamayo violáceo y ni contar a los muchos que están en la lista de espera como el aguará guazú y el oso hormiguero. Si continuamos destruyendo la naturaleza y matando animales vamos a deshacer el equilibrio y quienes van a sufrir las consecuencias somos todos. Cuidemos nuestro mundo porque es el único que tenemos.
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